Cada 3 de mayo las mujeres de Valdeobispo celebran la llegada de la primavera portando en sus cabezas muñecas y flores amarillas. Las muñecas mayas llevan ropas de niños pequeños, cuerpo de cántaro de barro y bola de trapos viejos en la cabeza. Recorren el pueblo cantando y animando las calles, mientras se dirigen a una charca a la que tiran las muñecas y los niños, con piedras que han ido recogiendo por el camino, intentan romper los cántaros. Los aplausos, los gritos y la algarabía cuando logran romper las Mayas ponen punto final a una fiesta de origen pagano indudable.